elías escribió:
Dices, Alma: “Kübler-Ross que diga lo que le venga en gana, ni que fuera el oráculo de Delfos. ¿Cómo se puede tener la seguridad de que al final habrá aceptación? ¿Hay que dejar que una persona sufra durante años hasta que por fin le llegue esa celestial "aceptación", si es que le llega algún día?”
Ese es el tipo de respuestas que me desconciertan. Da la sensación de que el conocimiento poco importa a la hora de tomar decisiones. Kübler-Ross lo que nos ha dicho es que existen cinco fases. No ha dicho ni siquiera que todos alcancen la fase final. Ahora bien, si a ti, y en el problema que nos ocupa, dicho conocimiento te parece superficial, o te molesta por no sé qué extraños motivos, a la hora de abordar el problema, pues quizá puedas estar equivocada
Es que la voluntad, a la cual tú misma has hecho referencia, está relacionada con dichas fases, Y al menos se deberían de conocer para tomar mejores de decisiones en torno al tema que nos ocupa. Es que una persona, en una fase de no aceptación, pues difícilmente su voluntad le llevará a la determinación de solicitar la eutanasia por el hecho de que simplemente no acepta que posea una enfermedad terminal. Pero una persona, y en fase de depresión, sí que podría llevarle a solicitar la eutanasia. Y no es lo mismo que los pacientes, y los que legislan, lo sepan que el hecho de no saberlo. Es que no es lo mismo, y para un mejor debate, que se sepa que la voluntad está relacionada con dichas fases que considerar que una persona posee una voluntad al margen de dichas fases.
Dices: “En cuanto a la pendiente resbaladiza, no es obstáculo para regular el tema sino un motivo para regularlo con mucho cuidado”
Sí, pero difícil se me antoja con comentarios como “Kübler-Ross que diga lo que le venga en gana,ni que fuera el oráculo de Delfos”. Para regular el tema lo mejor posible lo más razonable es conocer lo mejor posible los hechos relacionados con el tema que se desea legislar.
En mi opinión sí que es necesario tener en cuenta esos conocimientos a la hora de legislar. Sin embargo, me parece que tan malo es dar la eutanasia a alguien que habría pasado a la fase de aceptación y que habría cambiado de opinión como negársela a alguien que permanezca el resto de sus días en la fase de depresión. Para discriminar entre los casos necesitamos todo el conocimiento y todos los datos de que dispongamos. Pero no creo que pueda apelarse a un principio de precaución para no legalizar la eutanasia, porque las consecuencias que tiene prohibirla son tan graves o más como las que tendría legalizarla mal. La única opción buena es legalizarla bien. Pero es más fácil decirlo que hacerlo, claro.