Conrado: Uff, qué peligro. Lo que estás argumentando es lo que me harté de escuchar hace muchos años: "la nación no es nuestra; la nación es de los que estuvieron en ella, de los que estamos y de los que vendrán. Por tanto, no podemos decidir sobre la nación porque no es nuestra; aquí estamos de paso". Total, que la nación es "divina". Patético. Eso es lo que yo he oído decir una y otra vez a los "falangistas".
Vaya, Conrado, qué mania la tuya con interpretar mis intervenciones en clave falangista. ¿Dónde he dicho yo que la nación fuese divina? Quisiera que reflexionaras, tú que tanto te quejas de vivir en una sociedad de ciudadanos insolidarios y egoístas: ¿no será esa insolidaridad y ese egoísmo precisamente producto de creer que uno mismo como ciudadano está por encima de la Nación, de creer que la Nación está a nuestro servicio y nos lo debe todo? La frase de Kennedy “no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, sino lo que tú puedes hacer por tu país”, o la sentencia de Aristóteles en la Política “el todo es antes que las partes”, deben sonarte también a falangismo. Son las desventajas de hacer a la filosofía “ancilla democratiae”.
Si la nación es de todos los que han vivido en ella, entonces la nación española en concreto bien podría ser de los árabes, que estuvieron aquí un montón de siglos desde el 711, ¿o es que España empezó ipso facto con los Reyes católicos o en 1808?, ¿qué pasa con los restos de otras culturas que han pisado suelo español antes de la España de 1808?. España también debería ser de ellos. Es lo que se desprende del patético argumento "falangista" de que "España es intocable porque no es nuestra, es también de los que estuvieron y de los que vendrán", ¿no te parece?
Conrado, no tiene ningún sentido lo que me estás diciendo. No lo tiene porque, por enésima vez, repito que no creo en esencialismos, por favor deja ya de construir maniqueos para facilitarte a ti mismo el debate. ¿Cuándo y dónde me has oído decir que España fuese intocable? Las naciones son cristalizaciones históricas, no esencias megáricas. La nación de los árabes que llegaron aquí en el 711 se llamó Al-Ándalus y no era España, entre otras cosas porque España se formó precisamente contra Al-Ándalus. Esa nación andalusí pereció (como perecerá España algún día, nada es eterno, y menos si los españoles razonan de manera tan derrotista como lo hacéis algunos). De nuevo tendré que repetir lo que he escrito anteriormente pero os pasa desapercibido: España comenzó siendo un Estado imperialista en la Edad Media, para pasar más tarde a ser el primer Imperio global de la Historia gracias al descubrimiento de América. En el siglo XIX, por una serie de acontecimientos que no viene al caso detallar, ese Imperio deja paso a una serie de naciones políticas independientes unidas por la lengua española. No se trata, en suma, de que “España sea intocable”, sino de que España existe realmente y por tanto pugna por seguir existiendo, o, para decirlo en términos espinosistas, por “perserverar en el ser”. Un ser que, de todos modos, desde mi punto de vista más que “ser” es un “estar”. Pero eso ya es otra cuestión que sería muy larga de explicar aquí.
Agripa creo que estás alienado (cosificado). Te digan lo que te digan para ti la nación (española) siempre va a ser pre-política y divina, anterior al ciudadano.
Bueno, si tú lo dices... Me remito a lo anterior: ni pre-política (los Reyes Católicos ya hacían política antes de que hubiese nación política), ni divina (de falangista no tengo un pelo, lamento decepcionarte). Ahora, si por “anterior al ciudadano” entendemos que el “ciudadano medieval” no era tal ciudadano en sentido moderno (igualdad ante la ley, etc.), sino súbdito de un monarca o un príncipe, entonces sí: la Nación hizo al ciudadano y le permitió tener derechos ciudadanos de los que no disfrutaba anteriormente.
Sin embargo, hace muchos años que España dejó de ser "una unidad de destino en lo universal".
¿Y quién ha dicho lo contrario?
El inmovilismo que te mueve, Agripa, creo que es fruto del miedo que tenéis algunos a que las cosas cambien. Evidentemente, los nacionalistas (creo que tu lo eres, sin duda) suelen ser personas con un relativo poder adquisitivo y bienestar. Es decir, personas que pueden tener algo que perder si hay que compartir los recursos con el "extranjero".
Lo del “inmovilismo que me mueve” me ha gustado, suena poético... Conrado, todos tenemos mucho que perder si el Estado-nación desaparece porque el Estado es la libertad concreta y la fuente de nuestros derechos. También tenemos mucho que dar, y como profesor de un instituto público trato de servir a la nación. Y no me hables de compartir recursos con el “extranjero”, que tengo alumnos extranjeros a los que enseño lo mejor que puedo y hasta estoy casado con una extranjera.
Es el miedo a perder la protección de un Estado-nación fuerte lo que hace que surjan los particularismos excluyentes. Se desprecia todo lo que venga de "fuera" como si eso fuera portador de todos los males. Se busca un chivo expiatorio. Por ejemplo, para los catalanistas el chivo expiatorio es el Estado español, que es el "culpable" de la crisis económica de Cataluña. Eso es lo está repitiendo sin cesar el "señor" Mas: "la culpa es de Madrid". En fin ...
No mezclemos churras con merinas, yo ni desprecio todo lo que venga de fuera ni le echo la culpa de todos los males. Eso, como tú dices, es lo que hace Mas.
Pero el inmovilismo nacional es imposible. La Cataluña monolítica que quieren imponer los catalanistas es tan absurda como en su momento lo fue la España monolítica del general Franco. La primera, porque Cataluña es demasiado plural; y la segunda, porque España es varia. La realidad social cambia y, por tanto, también la nación. No se puede imponer un modelo monolítico en nuestras naciones-estado occidentales, tan varias y plurales. El contexto social ha cambiado y, con él, también ha de hacerlo la nación. La nación se ha de acomodar a la realidad social de sus ciudadanos, y no al revés, como tantas veces has manifestado (la cosificación elevada a la máxima potencia).
Claro que las naciones cambian, y por cierto el franquismo no fue monolítico, decir eso es ignorar la historia reciente de España. Tal es así que fue el propio Franco quien introdujo la enseñanza del catalán, el vasco y el gallego en las escuelas poco antes de morir. En el franquismo conviveron con sus conflictos varias tendencias ideológicas y unas primaron en distintos momentos sobre las otras.
Por eso yo sostengo lo contrario que tu: la nación se reduce totalmente al pueblo. Parece increíble que alguien pueda decir lo contrario. Las naciones irreductibles a los pueblos son las naciones comunistas totalitarias que todavía quedan (es muy discutible lo que tienen de comunistas esas naciones, pero bueno ...).
Bueno, decídete: ¿soy comunista o falangista? Creo que hay importantes diferencias. Mira, si la nación se reduce al pueblo, no te quejes de convivir con ciudadanos individualistas e insolidarios. Lo uno es consecuente con lo otro. Si mañana el pueblo vota a un dictador totalitario, tendrás que aceptarlo. Yo no.
Creo, Agripa, que no hablas en nombre de la racionalidad político-ética, sino del fanatismo nacionalista españolista (que sé reconocer a leguas, pues algo he aprendido de mis errores). En teoría, la filosofía es una vacuna y/o un remedio contra las alienaciones. Acabé hasta las narices de oír argumentos idénticos a los que sostienes tu. Son los argumentos de aquellos que disfrutan de la nación española tal y como está, que no quieren que cambie nada, no sea que "perdamos bienestar y riqueza". A quienes piensan así creo que lo único que les mueve es el puro individualismo, lo que más me repugna de nuestras sociedades occidentales actuales. El mismo individualismo egoísta mueve a todos los nacionalismos. Creo que el individualismo debe formar parte de la ontología nacionalista.
Te aseguro que España tal y como está no me gusta. Quiero que cambie, pero no que se disgrege en nacioncillas de tercera división. Te equivocas conmigo, pero diga lo que diga te ves obligado a encasillarme como “falangista” y ello porque “te suena” parecido, sin que hayas entrado a analizarlo a fondo. Te quedas en lo superficial, y eso que “en teoría” la filosofía es una vacuna contra la superficialidad. En realidad la filosofía no es una, sino muchas, y opuestas entre sí. No es una vacuna contra nada, pero unas son mejores que otras.
En definitiva, no tiene sentido condenar un nacionalismo desde otro. Están todos cortados por el mismo patrón. Comparten todos la misma racionalidad y, lo más importante, la existencia de los unos justifica la de los otros. La oposición a una actitud nacionalista represora puede hacer aparecer otra actitud igual pero de signo opuesto en virtud de la tercera ley de Newton: ley de acción y reacción.
Claro, la existencia es coexistencia y unas cosas se definen frente a otras. Esto ocurre en la dialéctica de Estados también. Conrado, si lo que yo digo te suena a lo que has oído a los falangistas, lo tuyo me suena a lo que he oído a los nacionalistas fraccionarios catalanes y vascos. Ellos dicen que si España les hubiese tratado mejor, de forma menos represora, nunca se habrían radicalizado. Es que España va provocando, vamos. En realidad lo contrario es cierto, se han radicalizado más cuanto más permisivo ha sido el Estado con ellos. Esto se puede comprobar fácilmente acudiendo a las hemerotecas, así que no me voy a detener ahora en aportar datos si no se me piden, claro.