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TEMA: Recomendaciones generales sobre la asignatura

Recomendaciones generales sobre la asignatura 24 Nov 2010 23:58 #349

  • Kierkegaard
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Este año me he matriculado de Historia de la Filosofía Española. Aunque ya no es el primero recomendado, siguen admitiendo el libro de Abellán. ¿Alguna recomendación especial sobre la asignatura o el examen? Para el primer cuatrimestre ¿Vives o Gracián? Para el segundo ¿Ortega o Unamuno?

Gracias.
Javier Jurado
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Última Edición: 25 Nov 2010 11:57 por Kierkegaard.
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Re: Recomendaciones generales sobre la asignatura 25 Nov 2010 00:09 #350

  • Nolano
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En esta carrera son bastantes los exámenes en los que una o, a veces, más preguntas consisten en un comentario de texto. Así que tienen interés todas las ideas y técnicas sobre cómo hacer un examen así. Aunque no hay que perder de vista que de lo que se trata en un examen, aunque parezca una perogrullada, es de examinarse. Os puedo dar unos consejos basados en mi estrategia personal en este tipo de pruebas, que hasta ahora me ha dado siempre muy buenos resultados.

No hay que olvidar nunca que se trata de un examen, por lo que el profesor va a formarse una opinión sobre si uno se ha trabajado la asignatura. Por lo tanto, se va a juzgar lo siguiente y por este mismo orden:
a) El conocimiento que el alumno tiene del contenido de la asignatura.
b) La reflexión que el alumno ha hecho sobre ese contenido.
c) Sólo en último lugar, las ideas propias del alumno sobre el texto que se propone para comentar.

Así que, en mi opinión (ya lo he comentado en el foro alguna vez, aunque no todo el mundo estuvo de acuerdo), no es una buena estrategia ir a lo que salga, a improvisar en el examen, sino que hay que llevar preparado el contenido del comentario de texto. Naturalmente, como no sabemos el texto que va a salir, habrá que llevar preparadas varias opciones, que se irán manejando en función del texto que se nos presente.

Lo primero, como digo, es demostrar al profesor que nos hemos estudiado los libros de la asignatura. Lo segundo, que hemos asimilado el pensamiento del autor del texto. Para ello, hay que tratarlo en tres direcciones: a lo largo, incardinando al autor en la historia de la filosofía (autores precedentes y posteriores); a lo ancho, conectando al autor con el pensamiento de su época (periodo de la historia de la filosofía a la que pertenece); a lo alto, relacionar el texto con el resto de la obra y del pensamiento del autor. Finalmente, adornar el guiso con algunas pinceladas personales, más como la guinda del pastel que como núcleo del comentario; hay que huir a toda costa de dar la impresión de que estamos mareando la perdiz. Naturalmente, se trata de un esquema estándar que habrá que adaptar a la circunstancia concreta de la asignatura y del texto que se proponga en el examen.

Hay que contar con que el tiempo disponible es, más o menos, de una hora (la otra hora se utiliza para contestar al resto del examen) y eso limita bastante el espacio. Y eso obliga también a ir al grano.

En el examen de septiembre (curso 2008-2009)de Historia de la Filosofía Española correspondiente al segundo parcial, se propuso este texto de Ortega (ya se anuncia en el programa de la asignatura que se va a proponer un texto de Ortega y otro de Unamuno y el alumno escoge el que quiera). Os reproduzco lo que contesté en mi examen, para ilustrar mis anteriores consejos, y me servirá también de pequeño desagravio a Ortega por mis ácidos comentarios a “El hombre y la gente”, pues en estos polemizaba con Ortega y en el examen se trata de algo más neutro. Por otro lado, si algún lector de Ortega quiere comentar algo sobre “La rebelión de las masas” o manifestar su discrepancia con lo que digo, podemos también comentarlo tranquilamente.

TEXTO A COMENTAR:
Dudo de que sin afianzarse bien en esta advertencia se pueda entender a nuestro tiempo. Porque éste es precisamente su problema. Si se sintiese decaído, vería otras épocas como superiores a él, y esto sería una misma cosa con estimarlas y admirarlas y venerar los principios que las informaron. Nuestro tiempo tendría ideales claros y firmes, aunque fuese incapaz de realizarlos. Pero la verdad es estrictamente lo contrario: vivimos en un tiempo que se siente fabulosamente capaz para realizar, pero no sabe qué realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de sí mismo. Se siente perdido en su propia abundancia. Con más medios, más saber, más técnicas que nunca, resulta que el mundo actual va como el más desdichado que haya habido: puramente a la deriva. (J. Ortega y Gasset, La rebelión de las masas.)

COMENTARIO:
Frecuentemente se ha imputado a Ortega el ser un pensador asistemático, carente del rigor especulativo propio de los grandes sistemas de pensamiento. Pero se trata de una falsa imputación debida, fundamentalmente, a dos factores: su propósito de llegar con sus ideas al mayor número posible de compatriotas (en un contexto histórico carente de tradición filosófica rigurosa, como ocurría en la España de su tiempo) y su gusto literario que le hacía dueño de una prosa fácil y elegante que parece iluminar un pensamiento profundo dando, así, la impresión de superficial (lo que se ve parece superficial y lo oscuro abisal).

El fragmento cuyo comentario se propone es un buen ejemplo de lo anterior. ¿Qué parece decir aquí Ortega? Algo muy simple: que la sociedad se ha quedado sin referentes y, por lo tanto, navega “puramente a la deriva”. Y, efectivamente, eso es lo que dice Ortega; pero dice muchísimo más y, si ponemos en conexión sistemática las diferentes ideas deslizadas en “La rebelión de las masas”, nos encontramos con un pensamiento sólido, profundo y fuertemente trabado en sus partes.

Elemento fundamental en el pensamiento orteguiano es el concepto de “circunstancia”. El proyecto ilustrado que culminó Kant había tenido su continuación en el idealismo alemán, con la importante consecuencia de que, al haber reducido la realidad a puro fenómeno, dependiente de la conciencia del sujeto, había absolutizado la realidad bajo el imperio del “Geist”, el Espíritu, la Conciencia Absoluta colectiva. La “Moralität” kantiana había sido reducida a “Sittlichkeit” por Hegel, el individuo, conformado por lo real, había sido disuelto en lo racional, expulsando a la persona individual de la realidad.

Ortega, conforme a la reacción de su tiempo frente a la disolución del individuo en el proceso dialéctico hegeliano-marxista, elaboró su filosofía alrededor de la “circunstancia”, una realidad que está ahí circundando al individuo. Y esa circunstancia no es una realidad producto de la conciencia, sino una realidad que se impone a cada sujeto y marca el terreno de su individualidad: si no salvo mi circunstancia, tampoco me salvo yo.

Pero, a diferencia del individualismo de corte nietzscheano, que resulta irracional, lo característico del sujeto orteguiano es que tiene una perspectiva: la realidad no es bruta para el sujeto, pura resistencia, sino que el sujeto establece en ella unas jerarquías. El sujeto de Ortega es valorativo y racional, vuelca una perspectiva sobre su circunstancia y, así, la integra en su personalidad.

Por otro lado, el sujeto orteguiano se comunica con los demás mediante un proceso de intersubjetividad. En “El hombre y la gente” dice Ortega que, en contra de lo que se cree, lo social no se opone a lo individual, sino a lo interindividual. La civilización, la cultura, viene marcada por el intercambio subjetivo, por la relación interindividual, y ahí es donde percibe Ortega el peligro de su (nuestro) tiempo, como consecuencia nefasta de la Ilustración: hemos sustituido lo interindividual por lo social, hemos diluido al individuo en esa gran “desalmada” que es la sociedad, como ente superpuesto al hombre-persona.

Y si la civilización, como producto del intercambio de perspectivas humanas personales, recogía esas jerarquías racionales y valorativas de los individuos, la sociedad-masa, no; ésta no tiene perspectiva, carece de valores y de jerarquía axiológica y, por eso, no cree tener límites, cree que carece de “circunstancia”. Y eso es lo que le ocurre al hombre-masa.

Los avances científicos han hecho al hombre contemporáneo más independiente de la realidad que nunca antes en la historia, o, al menos, eso cree el hombre-masa, que confunde civilización con naturaleza, sin percatarse de que su relación con el mundo es mediada, es civilizada, es fruto de una civilización alcanzada sólo mediante la aplicación racional de unos valores.

Y ése es el vaticinio pesimista de Ortega: la ausencia de referentes hace que la sociedad europea de su tiempo vaya a la deriva, sin ancla ni gobernalle, sin ese “flotador” que es la civilización.

Hay que entender bien qué es lo que Ortega entiende por hombre-masa y por su opuesto, el aristócrata. Por supuesto, no hay matiz alguno de clase social en ello (Ortega niega expresamente la identificación entre hombre-masa y obrero o proletario). Y menos aún la aristocracia es una aristocracia de sangre. Y, si es cierto que el aristócrata orteguiano despierta ecos del superhombre de Nietzsche, en cuanto a que impone a los demás sus valores, son patentes las diferencias entre ambos, pues realmente cualquiera puede ser superhombre, bastando para ello con la voluntad de dominio sobre el otro y sobre lo otro; pero el aristócrata orteguiano es el hombre que busca la excelencia con esfuerzo y sacrificio, que se autodisciplina en el conocimiento y el saber, que asume riesgos y peligros. En la hora presente orteguiana, el hombre que sabe “salvar la circunstancia”, dándole una perspectiva bajo su aspiración vital personal. Y es el dejarse llevar del hombre-masa por su vacuidad sin valores, sin acudir a los referentes que los mejores fijaban en el pasado a la colectividad, lo que nos sume en el inmenso peligro de naufragio cultural, de pérdida de nuestra civilización a la deriva.

OBSERVACIONES FINALES:
Como veis, el núcleo del comentario no es tanto el texto propuesto sino lo que el libro de la asignatura explicaba sobre el pensamiento de Ortega. El texto propuesto no hablaba para nada de los tres puntos fundamentales del pensamiento orteguiano: la circunstancia, el perspectivismo y el raciovitalismo; pero hay que introducirlos para mostrar que se ha estudiado el libro. Eso se lleva preparado de casa, porque se va a tratar salga el texto que salga para comentar. Pero es importante ir introduciendo sobre la marcha citas o referencias al texto que estamos comentando para no dar la impresión de que nos estamos yendo por las ramas.

El comentario “a lo largo” y “a lo ancho” se ha establecido, por un lado, partiendo de la oposición de Ortega a la dialéctica hegeliano-marxista, conforme a la filosofía de su tiempo, y, por otro, de la línea individualista de Nietzsche, aunque marcando la distancia entre el irracionalismo de éste y la “razón vital” de Ortega, mucho más racional. Aunque también tiene interés la comparación de Ortega con Husserl y con Heidegger, se han dejado de lado, pues el texto propuesto carece de interés epistemológico y ontológico, que son los ámbitos en los que estos dos autores presentan interés (pero se llevaba preparado de casa, por si surgía la ocasión). El comentario “a lo alto” se lleva a cabo demostrando al profesor que uno se ha leído “La rebelión de las masas” y ha entendido el sentido general de la obra (no sólo el pequeño fragmento que se propone en el examen). Y, como toque personal, se introduce otra obra de Ortega mostrando que uno ha ido más allá en la preparación de la asignatura que limitarse a leer la obra propuesta en el programa.

Finalmente, hay que procurar no ser chapucero y cuidar el estilo literario, hacer que el examen sea fácil y agradable de leer por el que corrige. No sólo hay que mostrar que uno aprende las ideas de los grandes filósofos, sino que va aprendiendo de ellos también cómo exponer sus ideas con claridad a la comunidad filosófica.
Bin ich doch kein Philosophieprofessor, der nöthig hätte, vor dem Unverstande des andern Bücklinge zu machen.
No soy un profesor de Filosofía, que tenga que hacer reverencias ante la necedad de otro (Schopenhauer).


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Re: Recomendaciones generales sobre la asignatura 25 Nov 2010 00:24 #351

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Además de los libros de la bibliografía de la asignatura, para preparar el tema 1 (si no ha cambiado desde que yo hice esta asignatura) es muy útil e instructivo el artículo de Gustavo Bueno (hijo) que está en el siguiente enlace:
www.filosofia.org/rev/bas/bas21001.htm
Aunque no es tema que suela caer en los exámenes, la lectura del artículo es interesante y amena.
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Re: Recomendaciones generales sobre la asignatura 25 Nov 2010 09:25 #356

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También remito al Administrador un fichero, para que lo coloque en el apartado de "Descargas", a disposición de todos los usuarios, con unos comentarios a la obra de Baltasar Gracián "Oráculo manual", que es una de las dos a elegir para comentario de texto en el primer cuatrimestre.

Espero que pueda ser de utilidad a quienes hayan optado por Gracián.
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