Nolano escribió:
aunque debo reconocer que no me resulta del todo convincente la explicación de que una ley necesaria sólo prediga probabilidades y no hechos que se dan necesariamente.
Las leyes de la ciencia, como Kant tanto meditó, hacen descansar su "necesidad" en una comprobación empírica reiterada de un enunciado matemático racional. Como Popper advertiría, esta "necesidad" no es nunca rigurosa sino sólo provisional: siempre podríamos encontrar un caso nuevo que la desmintiese. El problema es que, en esta escala de grises, la probabilidad que predicen las leyes de la mecánica cuántica no puede contrastarse tan bien como las leyes deterministas habituales de la fisica clásica: en éstas, las medidas pueden contar con errores de medición, pero se articulan entorno a ciertos valores fijos sobre los que es posible aplicar métodos como de los mínimos cuadrados de Gauss para acotar el error. Sin embargo, al no poder medir "probabilidades" sino sólo hechos (las posiciones, por ejemplo), las leyes probabilísticas sólo pueden ser aproximadas estadísticamente. Aunque siendo una simulación, esa idea la da esta imagen sobre los orbitales electrónicos, en la que las áreas brillantes corresponden a densidades de probabilidad elevadas de encontrar el electrón en dicha posición.
Como tú apuntas, el hecho de que la ley cuántica prediga sólo probabilidades parece otorgarle un estatuto diferente a la necesidad de las leyes deterministas de la física clásica. Pero sería sólo una cuestión de grado, al tener que emplear una "brocha más gorda" en el tratamiento estadístico de los datos. Ahora bien, lo que es más grave para la cuestión del reduccionismo, es que esa necesidad está acotada en su predicción, pues por el principio de indeterminación, a esa predicción probabilística - en la posición por ejemplo - no se le podría asociar una predicción probabilística en otra variable conjugado - en este caso, el momento (mv) - sino que dentro de ciertos parámetros quedaría completamente a la sombra - en la más pura incertidumbre. Y esto sí que supone un serio revés a la "necesidad" de la física en general y de su capacidad para reducir a la biología.
En definitiva, sobre tu última observación en respuesta a la mía, te diré que mi postura es más elaborada - como podrás ver en cuanto envíe mi trabajo sobre el reduccionismo - y que si hace que nos vayamos mucho del tema original, quizá convenga mejor tratarla en un hilo sobre Teorías de la Ciencia. Sólo apuntaré a que, como tú mismo pareces opinar, sostengo una crítica a los argumentos que apelan al límite epistémico de la física, por no ser más que "argumentos en retirada" y una cuestión de tiempo que la técnica y la capacidad de proceso vayan haciendo cada vez más plausible la explicación física de los procesos biológicos. Y sin embargo, simultáneamente abogo porque el argumento para la verdadera irreductibilidad última de la biología a la física reside en el límite epistémico/ontológico (aún está por ver) del principio de indeterminación, precisamente el obstáculo para una explicación causal.