Hola Confusus, encantado.
Si nos ponemos estrictos probablemente no se trate de un método. Por método, al menos aplicado al campo del estudio, yo podría entender algo así como, conocido el fin, conocidos los medios adecuados. Digo que probablemente no se trate de un método como tal porque yo, antes de ponerme a estudiar griego clásico por mi cuenta, ciertamente no podía saber qué conocimientos, en concreto, son los propios de alguien que sabe griego clásico. Un filólogo clásico, por ejemplo, se le supone el conocimiento de griego clásico, pero por otra parte no puede leer sin diccionario; o sea, que el léxico tiene un rango de menor importancia frente a, por ejemplo, la sintaxis; a ese tipo de cosas me refiero con qué conocimientos son los propios. Abundo en el ejemplo. Uno que sabe alemán o inglés o cualquier idioma moderno, se confirma que lo sabe no porque sepa de sintaxis, sino porque la ha interiorizado por intuición y porque de hecho no necesita diccionario.
Lo que yo hice fue lanzarme a un estudio y discusión gramatical. Mi único objeto fue la gramática griega clásica y mi herramienta la gramática de Jaime Berenguer. En el auge de dicha discusión me hice con otra gramática, la de Manuel Alexandre, y proseguí con las cuitas gramaticales. Una vez ya me sentía cabalgar entre la lógica del idioma, no sin enormes dificultades, encontré por internet un manual, llamado "nuevo didáscalos", el cual, entre otras cosas, proponía traducciones, y me puse a traducir. Seguí ahondando en la discusión gramatical y me hice con algunas obras de filólogos alejandrinos, como la de Apolonio Díscolo. Al poco tiempo caí en la cuenta de cuan erudita, profunda y compleja era la discusión en la que me había metido (me hice también con una gramática de griego micénico), mientras traducía y me complacía en el hecho de sentirme más cerca de tan admirable literatura. Cierto punto muerto me llevó a la matrícula en filosofía, cuyo pragmatismo del estudio del griego clásico, que no sin poca inteligencia soslaya los problemas más espinosos, me permitió dar zancadas hacia una mayor eficacia, convenciéndome de que aquellas discusiones son harina de otro costal y que deben quedar para el momento en que efectivamente uno se maneja, con soltura técnica, en los muchos tópicos (y sólo digo tópicos, que no ya casos extraños) que presenta el idioma en cuestión.
Por resumir: yo estudiaba en los términos de una discusión gramatical; la UNED me aprovechó para entender que esa discusión me quedaba grande, todavía. Pero aún así hice grandes avances por mi cuenta, regresé de viaje y tenía para hacer la PEC de Griego clásico I dos días, no había estudiado nada del temario de la UNED y aún así saque un humilde, pero creo que digno (dadas las circunstancias), 7,9.
Y ahora que ya he hecho la PEC de GCII, habiendo podido estudiar siguiendo el programa de la UNED, puedo decir que fue pan comido