He leído un trabajo que un alumno ha realizado para ser evaluado en esta asignatura. Habla del mal en el cine. Está ricamente floreado con todo el arsenal terminológico que Claramonte pone a disposición del público. El trabajo es una impecable exhibición de asimilación. Perpetrada en lengua graficada por parte del alumno, tal y como, me imagino se imagina, esperan los evaluadores. Disposiciones, policontextualidad, arriba, abajo, al centro y pa dentro. No discuto ni su ejecución, la del trabajo en cuestión, ni la adecuación entre lo perseguido y lo alcanzado, eso que algunos llaman "perfección". Si a eso se reduce lo que se espera del alumno, la calificación no puede ser más merecida, un 10. Lo que no termino de entender es que, en la asignatura mejor planteada de la titulación, la más abierta, la más auténtica en su concepción, ocurra esto. Me entristecería que el profesor responsable de la asignatura haya sido el responsable. Quiero creer que, dado el volumen de trabajo que lleva a lomos, lo ha dejado en manos de algún tutor descuidadamente benevolente. La estética es el corazón de la filosofía. Ésta, con embargo para todos, no es más que un cuerpo impuesto que la convierte en órgano. Y eso es lo que se ha permitido aquí. Lo palpitante vuelto latente y bendecido en la escala.