Nolano escribió:
A mí no me parece tan evidente ese "sexismo". Es como si porque en biología se habla de la especie "homo sapiens" en vez de "femina sapiens" la taxonomía biológica tuviera que ser considerada sexista. Que pueda obedecer a razones sexistas el nacimiento del uso del masculino como genérico es cuestión a dilucidar históricamente. Pero que actualmente ese presunto sexismo del masculino genérico, en su uso corriente, no es percibido así por la inmensa mayoría de la población creo que no se puede negar. Son precisamente las recomendaciones de esas guías de lenguaje no sexista a que se refiere el comunicado de los académicos las que pretenden llevar al lenguaje una posición política: la de crear una división en la ciudadanía (y en su respectivo estatuto político social homogéneo) que el uso de un genérico impide hacer verbalmente expresa.
Con sexista me refiero precisamente a que hace distinción entre sexos. Que dicha distinción encuentre, por así decirlo, personas que se sientan ofendidas por ello es otro tema. En cualquier caso creo que se ha de distinguir entre lo que es discriminatorio y lo que es percibido como discriminatorio. Es como las mujeres, por ejemplo, que dicen sentirse a gusto siendo tratadas como objetos, o como cuando antes no se percibía el maltrato a las mujeres de igual modo —también cuando los esclavos encontraban legítima su condición, o cuando la burguesía todavía no tenía conciencia de clase y no quería para sí derechos, sino convertirse en nobles—.
Lo que quiero decir es que si la filosofía pretende emancipar, ha de superar la postura subjetiva, pues es evidente que mientras los niños quieran seguir siendo niños, o no se crean adultos, no lo serán, a lo sumo, podrán ser niños y comer huevos, pero no ser padres —como dice el refrán, también sexista por cierto—.
Por otro lado decir que el lenguaje no es político ya de por sí, no me parece acertado. Como dice Roberto Bolaño en 'Detectives salvajes', "La literatura no es inocente, eso lo sé yo desde que tenía quince años". Otra cosa distinta es que no tenga una voluntad política determinada, pero cualquier participación pública (y el lenguaje siempre lo es) lleva detrás una manera de mirar el mundo que muy difícilmente no le queda reflejada, o como se suele decir, haga que al hablante 'se le vea el plumero'.
Nolano escribió:
Creo que habría que reflexionar sobre que el (en mi opinión falso) problema del sexismo lingüístico se pantea precisamente por la creciente y casi universal integración social de ambos sexos en igualdad de condiciones. Por eso es aún más llamativo ese interés en patentizar verbalmente lo que, sin embargo, ha quedado homogeneizado en la sociedad y (en mi opinión afortunadamente) ha resultado invisibilizado por el progreso social en este campo.
Por un lado habría, con esta afirmación, que discutir si es o no un problema eso que planteas ("la integración social de ambos sexos en igualdad de condiciones"). Luego tampoco me queda claro a qué te refieres. ¿En la sociedad quedan homogeneizados hombres y mujeres? Creo entender en tal caso que te refieres a que afortunadamente es así, y es por tanto innecesario un lenguaje no sexista.
Vuelvo a decir lo mismo de antes, nunca podremos tener un castellano no sexista, pero eso no significa que no podamos intentar que cada vez lo sea menos. El problema para mí hace pie en el mismo problema de los géneros. Si es cierto —como en principio pienso— que las diferencias entre hombres y mujeres responden a diferencias culturales, es decir, a un tratamiento diferenciado de unos y otros, mientras el lenguaje no sea igualitario no podremos hombres y mujeres ser igualmente libres —esto supongo que traerá cola—.
Thunderbird escribió:
Fundar una revisión de las cosas sobre el mito o sobre la ideología mítica, no fundamentada sobre la razón y la ciencia, esto es, fundar doctrina sobre meros elementos de la voluntad, suele dar el resultado de afianzar las concepciones más conservadoras. Y así, el énfasis en el sexismo del leguaje cuando la sociedad es cada vez menos sexista, en mi opinión, no hace sino contribuir a mantener vivo un sexismo que ya va siendo hora de dejarlo agonizar en paz en lugar de reavivarlo continuamente con nuevos despertares a la conciencia.
El tema está yo creo en que es precisamente ese no querer entrar al debate, por innecesario, y ese querer zanjarlo de antemano, lo que guarece posturas conservadoras —como tú ya dices—. El problema entonces será cómo convencer de la necesidad del diálogo a unos interlocutores que sintiéndose seguros de su postura —como los otros— se encuentran en la posición que 'tiene qué perder'. Como digo esos otros se hayan igualmente seguros de su postura, sin embargo sí quieren diálogo, pues son quienes 'tienen qué ganar'.
