Alma escribió:
Yo no tengo ni idea de economía, por eso pregunto, quién va a sufragar todos estos grandísimos logros? Amancio Ortega?
Te doy mi opinión muy brevemente, pues este tema abarca muchas cuestiones que no deberíamos tratar aquí:
Esos gastos se se financiarán, por un parte, con mayor recaudación y, por otra, mediante crédito.
En términos agregados, no se puede afirmar con rotundidad que la crisis sanitaria y la reacción del Gobierno (que no entro a valorar) hayan provocado en España una crisis económica como tal. Lo que ha sucedido, descriptivamente hablando, es que el Estado de Alarma a provocado a la fuerza un crecimiento inesperado en la demanda de dinero por parte de los agentes. En román paladino: al no poder consumir, los recursos económicos plasmados en monedas, billetes, cuentas corrientes, depósitos a plazo, han experimentado un amumento. Esto quiere decir que han ahorrado. A nivel macroeconómico, agregado, los recursos del país no se ven sustancialmente alterados.
Ahora bien, visto en términos microeconómicos (de precios, agentes, etc), un fuerte e inesperado aumento de la demanda de dinero trae siempre, y generalmente de manera temporal, una contracción de la actividad económica más o menos traumática; los recursos dejan de rotar al mismo ritmo, porque, manteniéndose el resto de variables inalteradas, demandar más dinero equivale a consumir menos el resto de bienes. En consecuencia, los precios de dichos bienes caen (menor demanda = exceso en la oferta = decremento del valor = reducción de precios, deflación).
Cuando un prestamista de última instancia, por ejemplo el Banco Central Europeo, entrega un crédito, con ello está incrementando la oferta de dinero. Es decir, ahora los agentes tienen a su disposición más dinero (mediante crédito) para consumir. Como decía Hume, imaginemos que los habitantes de una isla se despiertan una mañana y encuentran que de pronto la providencia les ha obsequiado con montones de dinero perfectamente acomodado en sus bolsillos. Si lo hacen, es decir, si consumen con cargo a ese nuevo dinero, y solo si lo hacen, y de nuevo manteniéndose inalterado el resto de variables, aumentará la demanda de otros bienes (se reducirá la demanda de dinero) y, con ello, sus precios, inflación.
Sin embargo, volviendo a la situacion actual, mi opinión es que no está dándose una deflación como tal, o al menos no en el grado que correspondería, porque los oferentes de bienes, los propietarios de los negocios, esperan recuperar su actividad normal cuando finalice el Estado de Alarma. Si el BCE nos facilita créditos para financiar todo tipo de gastos, es muy probable que se genere el típico efecto acordeón, antesala de la inflación descontrolada y paso previo a la típica crisis económico-financiera.
El primer movimiento del acordeón, la contracción, es claro: incremento drástico e inesperado de la demanda de dinero, exceso de oferta de otros bienes, contracción económica, disminución (¡en este caso no!) de los precios de esos otros bienes.
El segundo movimiento, el de expansión, viene auspiciado con fuerza de la mano de los créditos entregados por el prestamista de última instancia, a traves del sistema bancario comercial: aumento de la oferta de dinero, recuperación de la demanda de otros bienes, presión al alza de sus precios (¡que parten de niveles muy similares a los que había antes de la crisis sanitaria!), burbuja y crisis.
Los gastos o bien se sufragan con otros bienes reales o bien con créditos, preferiblemente, optando por la primera opción. Ya que la apertura de un crédito implica la creación simultánea de una deuda y de su colateral (el bien que lo garantiza; por ejemplo, me prestan 1.000 euros, crédito/deuda, para adquirir equipo informático, colateral/bien). Si recurrimos a créditos, debemos estar muy seguros de que el colateral mantendrá o generará un valor suficiente para afrontar el vencimiento de la deuda. ¿Cuál es la mejor manera de lograrlo y no tener así que solicitar un rescate? No con más crédito/deuda (que es lo que vienen haciendo los gobiernos españoles), sino como ha explicado Silvanus: con productividad y calidad. La productividad es la eficiencia alcanzada en un proceso; la calidad, el grado en que un bien satisface una o más necesidades, es decir, el valor que los agentes le dan.
Por tanto, Alma, ¿quién va a pagar esos logros? Sustancialmente, el nuevo dinero creado de la nada por el BCE, como de costumbre.