Todos los seres humanos valoramos. Es que no se puede dejar de valorar como no se puede dejar de respirar. O sea, todos los seres humanos “construimos” valores. Los valores no son ni meramente objetivos ni puramente subjetivos sino que los valores se construyen. Son subjetivos en tanto que somos los seres humanos los que construimos los valores pero son objetivos en tanto que se fundamentan en propiedades reales de las cosas. Por tanto, ni son eternos ni inmutables ( teoría objetivista de los valores) ni son fruto de la mera subjetividad humana (teoría subjetivista de los valores).
Como he dicho todos los seres humanos, y mediante un proceso de deliberación (boulesis), valoramos. Es decir, damos valor a las cosas.
¿Y en qué consiste la moral? Pues en la realización de valores. Aranguren en su ética distinguía entre la moral como estructura y la moral como contenido. La moral como estructura es universal mientras que la moral como contenido depende de la cultura.
¿Qué es la moral como estructura? Aranguren, discípulo de Zubiri, y a su vez éste discípulo de Heidegger, consideraba que el ser humano es un ser, el único ser, cuyo ser no está dado sino que tiene que ser “realizado”. O dicho de otra forma, el ser del ser humano no está dado sino que el ser humano tiene que “hacerse”. Todo ser humano, y apropiándose de diferentes posibilidades, tiene que constituir su propio ser. Lo cual significa que entre todas las posibilidades de poder ser, cada cual, tiene que optar por unas y no por otras posibilidades. Es decir, tiene que justificar (justificarse) el por qué opta por unas posibilidades y no por otras. Y el tener que justificar entre las distintas posibilidades es lo que constituye a un ser humano en un ser moral.
¿ Qué es la moral como contenido? Si bien todo hombre tiene que justificar el por qué de las diferentes opciones, y de ahí que la moral como estructura sea universal, puede dar diferentes razones. Estas diferentes razones constituiría los diferentes códigos morales. Y los códigos morales no son universales.
Lo cual quiere decir que el ser humano no puede ser a-moral ( precisamente por la moral como estructura) pero sí in-moral (precisamente por la moral como contenido).
¿Y cuál es la razón última por la cual, y según Aranguren y tantos otros, consideran que el ser humano es un ser constitutivamente moral? Pues por seres libres, es decir, racionales. Únicamente los seres libres, es decir, racionales, son constitutivamente morales. Por tanto, únicamente los seres libres son sujeto de deberes. Pero igualmente, y por ser seres libres, es decir, racionales, los seres humanos son los únicos seres ( al menos en el planeta tierra) que son capaces de valorar. Y por tanto, de otorgar (¿o reconocer?) derechos.
Ahora bien, cuando se dice que el ser humano es constitutivamente moral no se está diciendo que lo sean en “actus exercitus” sino en potencia. Pues claro que un niño recién nacido no tiene obligaciones. ¿Pero alguien se cree, que aquellos filósofos o pensadores que defienden que quienes son sujeto de derechos también lo son de deberes no saben que un niño recién nacido no tiene obligaciones?
Cuando se dice que el ser humano es sujeto de derechos y de deberes se está diciendo que lo es constitutivamente o que forma parte de su naturaleza. Es como si alguien dijese que en la naturaleza de las aves está el volar y alguien le corrigiese diciendo que los polluelos de las aves no pueden volar o que si se produce una malformación en las alas entonces un determinado espécimen no puede volar. Esto último no cambiaría el hecho de que en la naturaleza de las aves está el volar. Es precisamente por ello por lo que si no vuela consideramos que es producto de una malformación, por ejemplo. A nadie se le ocurría decir que los seres humanos no vuelan fruto de alguna enfermedad o malformación. Es que simplemente en la naturaleza de los seres humanos no se da el volar.
¿Por tanto, pueden existir deberes sin derechos asociados? Pues en el ser humano, no. Aunque alguno de ellos, o muchos, pretendan únicamente poseer derechos pero no deberes.
En cambio, en otros seres que no sean los humanos podrán poseer derechos pero no deberes. Pero tendrán que ser los seres humanos quienes le atribuyan tales derechos. Y desde luego lo harán por otras razones, es decir, por otros valores, que no sean el de la libertad. Bueno, siempre y cuando se considere que el ser humano sea libre y que no está determinado. Porque entonces la cosa cambia de cariz.
¡Ah!, y para todos aquellos que se sigan moviendo en el horizonte de la modernidad, es decir, de la subjetividad, tendrán que saber que entonces los valores, los derechos, igual que se conceden se deniegan.