Panchovilla escribió:
p.s.: para quien tenga curiosidad por acercarse a ciertas reflexiones marxistas, sin tener que tragarse la improbable lectura del El Capital, y evitando así de hablar de marxismo sin tener las ideas demasiados claras al respecto, aconsejo los Manuscritos económicos-políticos de 1944.
No, gracias. Más marxismo, no. Ya he tenido bastante durante la carrera. Como es sabido, los departamentos de filosofía, sociología, políticas e historia de la universidad pública están plagados de propagandistas del marxismo y el anticapitalismo. Eso sí: pillando a mansalva de ese sistema que tanto critican, como en su día el bueno de H. Marcuse. Que una vez pasada la tormenta de la Segunda Guerra Mundial y habiendo saboreado las bonanzas del liberalismo y el capitalismo estadounidense, ya no le quedaron más ganas de salir de allí. Otros de sus compañeros, en cambio, sí volvieron a Alemania.
Durante la carrera lo que he echado de menos es más literatura liberal. Sí, sí, esa tan políticamente incorrecta y proscrita a día de hoy. Porque de eso, prácticamente ni rastro.
Yo también te voy a recomendar un libro. Y, al igual que tú, y para evitarte la lectura de los largos tomos de F. Hayek (suponiendo que no los hayas leído) y que yo no he terminado de leer, te recomiendo el siguiente librito que te lees en un rato:
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Guillermo (2015),
Libres de envidia. La legitimación de la envidia como axioma moral del socialismo, Madrid: Unión Editorial
No es ninguna casualidad que me haya remitido a ese librito. Toda la política de igualizar por debajo responde exactamente a la tesis fundamental que el autor defiende ahí:
"la envidia identificada como tal es un sentimiento del que tendemos a avergonzarnos tan profunda e intensamente que su negación resulta de lo más común; agreguemos a eso que la más eficiente forma de negación de la envidia no ha sido ocultada, sino disgrazada de “justa”
indignación, pues con ello logra el envidioso negar la verdadera naturaleza vergonzosa de su sentimiento ante sí mismo, al tiempo que justifica ante los demás las acciones que aquel le inspira.
" (Ibíd. p. 70).
De vez en cuando no está de más leer a los que no piensan como nosotros. Lo digo porque hablando con doctorandos de la UB que escriben tesis relacionadas con críticas al capitalismo (que por supuesto luego no lee ni la familia; de hecho, a veces no se las lee ni el director de la tesis, como ellos mismos me han manifestado), me encuentro con que casi ninguno de ellos ha leído a sus criticados (los "neoliberales") de primera mano. El sectarismo es lo que tiene. Luego que no les extrañe que nadie los lea.
Yo, en cambio, y por más que repudie toda la sarta de rebañadas (Nietzsche) que se encuentran en libros como el que me recomiendas (sí, lectura obligada, qué se la va a hacer), pues no me ha quedado más remedio que tragarme los largos y tediosos temas marxistas que inundan las asignaturas de filosofía. Y claro, una vez acabas te sientes un poco más "libre" de dejar de lado la catequesis marxistoide y de leer aquello que nunca te recomendaron que leyeras.
Saludos
PD: ¿Marhuendas? ¿Y qué pasa con los Guayomins? Da igual.