Aunque no me he detenido a estudiar con esmero ese asunto, David, como buen marxista y perseguidor de toda disidencia liberal me atrevería a decir que la visión de Huntington parte probablemente de un sesgo demasiado eurocentrista, e incluso probablemente racista (en algún grado, y sin llevarme las manos a la cabeza por ello, pues el racismo es parte de nuestra historia como especie), lo que le llevaría a incurrir en el culturalismo (estaría sobrerrepresentando la importancia del factor ideológico-religioso en esa lucha de supuestas civilizaciones más o menos estancas, subestimando así otros factores más materiales e igualmente importantes como la existencia
en sí de Estados, mercados globalizados, escasez de recursos, superpoblación, etc.).
Ante lo cual siempre me planteo la siguiente cuestión: ¿no deberíamos ser especialmente escépticos cuando un autor propone una teoría
científica en la que deja en buen lugar precisamente a los suyos, es decir, a los de su país, época, color de piel y clase social, teniendo en cuenta la cantidad de culturas, pieles y clases sociales que existen y han existido? Me estoy acordando también en ese sentido de Nicholas Wade, Steven Pinker, Jared Diamond, Adolf Tobeña, Matt Ridley, Michael Shermer, Niall Ferguson, Alexandre del Valle, Arthur Hermann, Edward Glaeser o incluso mi querido Charles Darwin, sobre los que también he dicho algo en otra parte.
Cuando cursé Historia en la UA dos dieron a leer, como buena madrasa comunista que es, "Por qué se equivoca Huntington", de Ulrich Beck (está en
El País online). No dice mucho, pero... Seguro que por ahí hay críticas mejores.
En cualquier caso, mi sentido arácnido me dice que hay que, cuando menos, dudar de las conclusiones de un autor que por otro lado afirma que "la corrupción puede ser considerada un factor de modernización y de progreso económico, permitiendo, por ejemplo, un recambio social a favor de clases emergentes dispuestas a desbancar el obstruccionismo de las viejas élites, agilizando procesos burocráticos y seleccionando a los principales actores del mercado a fin de que surjan aquellos que invierten de forma decidida, incluso sobornando, en sus proyectos empresariales" (Sandri, 2012. "Historia de la corrupción",
La Vanguardia).
Saludos liberticidas