Don Miguel de Unamuno apelaba a su derecho a contradecirse. Supongo que otros, como aprendices de brujo, tienen muy bien interiorizado ese derecho:
"«Entre todos los derechos íntimos que tenemos que conquistar, no tanto de las leyes cuanto de las costumbres, no es el menos precioso el inalienable derecho a contradecirme, a ser cada día nuevo, sin dejar por ello de ser el mismo siempre; a afirmar mis distintos aspectos trabajando para que mi vida los integre. Suelo encontrar más compactos, más iguales y más coherentes en su complejidad a los escritores paradójicos y contradictorios que a los que se pasan la vida haciendo de inconmovibles apóstoles de una sola doctrina, esclavos de una idea. Celébrase la consecuencia de éstos, como si no cupiese ser consecuente en la versatilidad y no fuera ésta la manifestación de una fecundísima virtud del espíritu. Dejemos que los ideócratas rindan culto a esos estilistas, ¡pobrecitos!, encaramados en su columna doctrinal. ¿Por qué he de ser pedrusco sujeto a tierra y no nube que se bañe en aire y luz?». «Es la contradicción íntima lo que unifica mi vida» 22. « ¿Contradicción?, ¡ya lo creo!, la de mi corazón que dice sí y mi cabeza que dice no» 23. «Cada día siento más respeto al mundo del misterio y cada día se hace más luz en mí respecto a la fecunda lucha entre la razón y la fe, la ciencia y la religión. Mi ciencia es antirreligiosa; mi religión, anticientífica, y no excluyo a ninguna de las dos, sino que las mantengo en mí, frente a frente, negándose una a otra y dando con su contradicción vida a mi conciencia».
"
Miguel de Unamuno, citado en FRAILE, Guillermo (1972),
Historia de la Filosofía Española. Desde la Ilustración, BAC, Madrid (edición ultimada por Teógilo Urdánoz), p. 203
elías escribió:
Por cierto, ahora me viene a la mente las palabras pronunciadas en tono irónico de aquel obispo que en una ocasión dijo: " Soy humilde. Es más, a mi en humildad no me gana nadie"
Y sin embargo, en tu mensaje #36641 de
este hilo decías así:
elías escribió:
Simplemente recordarte, aunque me dé cierto pudor el hacerlo, y aunque en el fondo tampoco pueda significar mucho, que mi formación académica es científica. Sabes perfectamente que soy Licenciado en Químicas (Química Industrial) y que he realizado varios cursos de postgrado. Es más, durante muchos años fui profesor de física y química de Bachillerato lo cual hizo que dedicara muchos años al estudio de filosofía de la ciencia (creo que es obligado a todo buen profesor de ciencias).. En fin, tanto no debo de odiar a la ciencia. Quizá, pero tómatelo como mera hipótesis, lo que ocurra es que sepa un poco más que tú sobre estas cuestiones.
¡Olé!
Y como muestra de inmadurez extrema finalizabas como sigue tu mensaje en plan "si no me das la razón, no te ajunto":
elías escribió:
Ni cordial ni saludo.
Con esa actitud ya se puede uno hacer una idea del sectarismo que se esconde detrás del perfil anónimo de Internet que atiende al pseudónimo de elias, en minúscula.
Por lo demás, y como buen inmovilista, no importa cuántas referencias y citas bibliográficas te ponga en apoyo, no a las cosas que digo yo, que sólo soy un estudiante, sino a la que dicen los que saben infinitamente más que nosotros dos juntos. Tú seguirás en tus trece: encerrado en la tradición metafísica de toda la vida.
Conozco perfectamente que cuestiones de las que que tradicionalmente se ha ocupado la metafísica. De hecho, el
Tema 1 de la asignatura de Metafísica I va precisamente de eso. El profesor Matínez, en el libro básico de la asignatura de tiempos de la caída del muro de Berlín, las divide en ontología y teodicea:
"Pensamos que puede respetarse la división
clásica de la Metafísica en Ontología y Teodicea, entendiendo la primera, por un lado, como una teoría última de la realidad y por otro como una teoría de las categorías, y la segunda como el análisis del problema del mal y del sentido de la vida, siempre y cuando el tratamiento de dicha temática se lleve a cabo a partir de los enfoques contemporáneos de la misma. Esto supone que la renovación se realiza internamente conservando la estructura clásica de la disciplina.
"
MARTÍNEZ, Francisco José (1991),
Metafísica, UNED, Madrid (7ª reimpresión de 2011), p. 16.
Y en la página siguiente se desglosan un poco las cuestiones que se van abordando a lo largo de todos los temas del libro que muchos hemos tenido (más bien querido) que estudiar a conciencia:
"La ordenación de los cincos tópicos metafísicos que constituyen nuestro programa, tras la Unidad inicial dedicada a plantear la noción de Metafísica que utilizamos y una reflexión sobre el método metafísico, Realidad, Razón, Praxis, Mal y Sentido, presentan una unidad en su desarrollo ya que partiendo de la categoría ontológica fundamental de Realidad, se pasa en un segundo momento a la categoría de Razón y luego a la de Praxis, pertenecientes ambas a! ámbito de lo humano, entendido como el ámbito de aquel ente privilegiado en el que surge y se plantea la propia cuestión del Ser. A continuación, y dentro ya de la Teodicea, se sitúa el tema del Mal como el obstáculo fundamental a que se tiene que enfrentar la pregunta por el Sentido, que se presenta así como la conclusión de la Metafísica, como el último interrogante de una investigación que comenzó preguntando por la Realidad. De la Realidad, pues, al Sentido pasando por la Razón, la Praxis, y el Mal, sería el resumen de la noción de Metafísica que aquí presentamos. De la Cosmodicea a la Antropodicea pasando por la Teodicea, en un proceso de particularización del análisis, que de preguntar por el todo de la realidad pasa a centrarse en lo humano, que aunque no es el fundamento sí es lo más importante en nuestra opinión. Desde el punto de vista del fundamento, cosmocentrismo, pero desde el punto de vista del valor, antropocentrismo.
".
Ibíd., p. 17.
Otros, en cambio, al no estudiar filosofía de manera reglada (esto no te gusta leerlo, lo sé), sólo leen lo que les gusta. De ahí la cerrazón intelectual que termina por caracterizarles. Y si no,
aquí un ejemplo de hace sólo un par de días.
Ahora sí que te dejo. Además, ando bastante liado como seguir habiéndomelas con un muro de
adamantium.
Venga fenómeno, un afectuosísimo saludo.