isabaleato escribió:
Aunque acompañada de una faringitis aguda que me tiene todo el día tosiendo y casi sin voz, sigo empeñada en aprender más de este maravilloso universo del que formamos parte.Motivo por el cual ando por Madrid, haciendo un Master de Astrofísica.
Tú no paras de estudiar, ¿eh?
Hace poco cursaste un Máster en Ética, ¿no?
isabaleato escribió:
la información que nos llega a la Tierra de los lugares más remotos es gracias a la luz, radiación electromagnética, que puede verse afectada por desplazamiento al rojo por efecto Doppler, según lo lejos que esté o según su movimiento propio; también se puede ver afectada por gas o partículas del medio interestelar, que absorben y dispersan la luz, de forma diferente a cada longitud de onda, cambiando el color de la fuente original.
Todo eso lo he leído en infinidad de artículos y libros. La luz es un mensajero extraordinario. Y gracias a la espectroscopia podemos saber de qué elementos están compuestos los cuerpos que irradian luz. Sin embargo, los primeros fotones de luz son de la época de la transparencia o última dispersión: 380.000 años desde el Big-bang. Pero, ¿qué hubo "antes"? La mejor especulación física (es decir, metafísica) hasta la fecha a nivel de divulgación es la de S. Weinberg (Nobel en 1978) en su
best seller Los tres primeros minutos del universo. No es un libro fácil de leer. Pero al menos resulta más accesible que todo lo que debes estar estudiando en tu Máster en Astrofísica.
Ahora, según pude comprobar el curso pasado, lo que interesa es saber qué pasó durante la impenetrable «era de Planck» (de un supuesto instante t = 0 segundos a t = 10
-43 segundos). Y para eso hay que estudiar el fondo estocástico de ondas gravitatorias primordiales. De ahí el hincapié de muchos astrofísicos en encontrar los famosos modos B de polarización de la luz, pues éstos debieron producirse debido a fluctuaciones de la métrica (topología) del universo primigenio.
Lo del anuncio del 2014 de BICEP-2 ha quedado en nada. Desde el primer momento se sabía que cabía la posibilidad de que la región de cielo observada estuviese contaminada por el
efecto Milky Way. Pero todo parece indicar que vamos por el buen camino.
Es decir, la luz tiene un límite. Nos sirve para estudiar los primeros cuásares (agujeros negros con disco de acreción que lanzan chorros de rayos gamma al "atragantarse"), pero no para penetrar en el universo "opaco". Supongo que todo esto lo sabes tú mejor que yo, isabelato.
Por cierto, mi investigación "Historia en los descubrimientos de los agujeros negros" ha empezado ya de cara al TFM.
isabaleato escribió:
Es decir, nuestro conocimiento del Cosmos es formidablemente frágil: nos basamos en multitud de hipótesis que de no ser ciertas mandarían libros y libros a la basura (no es para desanimar, jeje).
Y somos conscientes de lo mucho que nos queda por saber.
Esto me recuerda a cuando en 1998 se descubrió que el universo no sólo no está decelerando (Nobeles en 2006 para sus descubridores, no recuerdo ahora sus nombres), sino que la expansión se está acelerando. La extraña energía oscura está ganando la batalla a la no menos extraña materia oscura. Ésta se cree la responsable de la creación de las galaxias y de que las estrellas que las forman no se esparzan por el universo. La materia oscura tiene efectos gravitarios de lente gravitacional sobre la luz. Y se deja notar, sobre todo, en el halo (periferia) de las galaxias. Pero la desconocida energía oscura está haciendo que todo se aleje más y más. A nivel local sigue funcionando la gravedad. Pero a escalas muy grandes todo se está alejando de todo.
El caso es que cuando se descubrió que la expansión del universo se estaba acelerando Michio Kaku dijo en TV que "ahora tenemos que reescribir todos los libros de astrofísica".
isabaleato escribió:
¿No habría posibilidad de que algunos mandatarios de este país y de otros, se comprasen la colección de libros de Astronomía, por ejemplo, y empezasen a pensar "en global"? (Me refiero a los refugiados, a los inmigrantes, a la pobreza, a que nos interese más buscar un marciano raro que salvar de morir de hambre a alquien de nuestro propio planeta).
Lo que dices es muy interesante. El nuestro es un "planetucho" entre los miles de millones que hay. Cierto que no se conocen excesivos exoplanetas. Pero si nos comparamos con la inmensidad del cosmos, que además podría ser sólo uno más de una serie de "universos de bolsillo" (A. Guth), entonces no somos absolutamente nada. Si nuestra galaxia entera despareciese, el resto del cosmos ni se inmutaría. Pero bueno, supongo que como nuestro planeta es el único lugar donde, de momento, podemos vivir, se convierte en algo así como una ínfima tribu en medio de la inmensidad del cosmos. De ahí la importancia que le damos a cada palmo de tierra de nuestro planeta: no tenemos otro lugar donde vivir. Al menos, no de momento.
En lo que sí que pienso muchas veces es en lo siguiente. ¿13.780 millones de años (última estimación llevada a cabo gracias al Planck Surveyor) de evolución cósmica para esto? ¿toda esa cuasi eternidad para dar lugar a nuestra nefasta especie inteligente (ignoro si habrá otras mejores en otros mundos), el
homo sapiens, que básicamente lleva haciéndose la guerra desde el minuto cero de su aparición? Vaya fiasco, ¿no?