Hola, Iñigo:
De entre las obras que citas, creo que las más interesantes para preparar la asignatura son
Paideia, de Jaeger y
El nacimiento de la filosofía, de Giorgio Colli.
Puesto que ya has leído el Fraile y quieres ampliar miras, sólo aportaría dos libros que no incluyes en tu relación de obras:
Los filósofos presocráticos, de Kirk-Raven: visión positivista anglosajona, que hace hincapié en las fuentes de la filosofía presocrática y ofrece una historia crítica con selección de textos; y ese bello texto de Nietzsche que se titula:
Los filósofos preplatónicos: lecciones maestras, líneas genéricas de interpretación y reveladoras glosas, mediante las cuales el autor desentraña con rigor el pensamiento y los aspectos ontológicos de los filósofos presocráticos.
De todos modos, creo que, con el objeto de aplicarse en el estudio con éxito, la verdadera decisión aquí consiste en decidir si preparar la asignatura sólo con el Fraile o trabajar también con el Marzoa y con el libro de la profesora Oñate. Dos consideraciones:
1. Fraile y Marzoa. Fraile da una visión de conjunto suficiente. Los conocimientos que transmite son perfectamente equiparables a los que adquirirías con otros manuales consagrados, y homologables a los que se imparten en las universidades occidentales. El Fraile es elegante y fácil. Muy didáctico. (A mi juicio, con este manual hay bastante para aprobar e incluso para sacar buena nota.)
Marzoa. Entre Marzoa y Fraile estamos ante dos formas de concebir la filosofía: la escolástica acumulativa, del dominico, y aquella que historiza la raíz de los conceptos (Marzoa) y que sugiere una pauta de distinción y de comprensión que exige cambiar nuestras prácticas de lectura.
2. Por otra parte, una excelente estrategia para el examen es confrontar los criterios filosóficos de varios autores. Por ejemplo, en relación con Tales de Mileto: donde Fraile traduce: «Dios es lo más antiguo que existe, puesto que no ha sido engendrado» (cito de memoria), los hermeneutas traducen: «Lo más bello es el cosmos, porque lo divino no ha sido engendrado» (cito de memoria). Esto tiene consecuencias. En el primer caso, el lugar de la verdad está ocupado por Dios, por una forma de monologismo que estrecha la inteligibilidad o, al menos, la determina; en el segundo caso, por una concepción divina y pluralista de la
phýsis. Etcétera.
Un saludo.