Hola, Onofre.
En efecto. Hegel despliega una filosofía natural-subjetual del espíritu humano a partir de nociones aristotélicas.
Recoge la noción aristotélica de unión sustancial del alma y del cuerpo con arreglo a la idea de que alma y cuerpo son sustancias incompletas que se concluyen mutuamente: el hombre es un ser compuesto de cuerpo y alma cuyos atributos son la espiritualidad, la inmaterialidad y la inmortalidad del alma.
Dicho esto, hay diferencias:
La de Aristóteles es la filosofía del ser (se estructura en torno a lo que es, a lo dado, y se pliega a las exigencias de lo real).
La de Hegel es la filosofía del Sujeto (se pliega a las exigencias de lo real, como la filosofía de Aristóteles, y se inscribe en el interior no de una entidad estática, sino de un proceso en ciernes).
Esta concepción hegeliana se debe al esquema aristotélico (y, sobre todo, tomista) del intelecto como
tanquam tabula rasa que se desarrolla a lo largo de la existencia por la mediación de los sentidos y la experiencia de la vida.
Te dejo algunos extractos de un artículo de Manuel Fernández Lorenzo, Doctor en Filosofía bajo la dirección de Gustavo Bueno y docente en la Universidad de Oviedo. Él lo explica mucho mejor que yo.
manuelflorenzo.blogspot.com/2011/04/hegel-y-aristoteles.html
[...] cuando [Aristóteles] considera los objetos físicos, los entiende como compuestos de materia y forma. Cuando trata de los seres vivos, los interpreta como compuestos de cuerpo (materia) y alma (forma). Al tratar de una entidad social, como una Ciudad-Estado, la entiende como constando de una materia, el cuerpo civil de los ciudadanos organizado según una forma determinada de Estado (Monarquía, Oligarquía o Democracia). De este modo, Aristóteles consiguió elaborar una visión de la realidad que abarcaba de forma racional todo lo que existe. Incluso pensó la Idea de Dios como una entidad inmaterial especial, como Forma Pura separada de toda materia.
En el caso de Hegel, la Idea fundamental no es la de una Substancia estática, sino la de una Substancia dinámica, la de un Ser que es Sujeto, algo cuya existencia consiste en devenir, en realizarse en un proceso temporal. Lo expresa muy bien el propio Hegel en el Prólogo a su obra más famosa, la Fenomenologia del Espíritu, cuando dice que de lo que se trata es de entender lo que existe absolutamente, esto es, el verdadero fondo último de la realidad, no solo como Substancia sino también y principálmente como Sujeto, como Espíritu (Geist). Pero la esencia de las realidades subjetuales no se capta a través de divisiones estáticas como la del hilemorfismo aristotélico, sino de divisiones dinámicas dadas en el tiempo.
Un saludo.