En
este hilo compartí con vosotros unas reflexiones sobre la Ilustración acompañadas de un aria de Haendel. En la misma ópera,
Serse o "Jerjes", hay otra aria muchísimo menos conocida que el famoso
Largo, pero que, además de sus valores estéticos, ofrece también campo para la reflexión sobre uno de los conceptos más importantes de la Filosofía, el de la libertad.
Se trata del aria
Va godendo, que tenéis aquí en la límpida voz de Lucia Popp:
Va godendo
vezzoso e bello
quel ruscello
la libertà
E tra l'erbe
con onde chiare
lieto al mare
correndo va.
Es decir: "Va disfrutando, hermoso y bello, ese arroyuelo la libertad. Y entre la hierba, con olas claras, alegre al mar corriendo va".
Lo que llama la atención en esta aria es que se presenta a un arroyo que corretea entre la hierba como un ejemplo de libertad. Sin embargo, como es evidente, nada hay menos libre que un arroyo, sometido a las estrictas e ineludibles leyes mecánicas de los cuerpos inertes. ¿En qué sentido Haendel (1685-1759) atribuye al arroyo libertad?
Ciertamente, lo hace porque en su concepto y el de sus contemporáneos, libertad no se opone a determinismo, sino que se opone a opresión: la libertad no está coartada por las leyes físicas, sino por los condicionamientos sociales. Es el mismo sentido en el que Rousseau hablaba del
bon sauvage, el buen salvaje que, como el arroyo de Haendel vive en estado de naturaleza y, por tanto, goza de libertad. Y así desde los más notables filósofos ilustrados franceses hasta la
Naturphilosophie alemana.
El problema viene cuando los "nuevos metafísicos" antiilustrados (primero Hegel y, tras él, Marx) identifican la libertad del hombre, a diferencia de los ilustrados, con un destino histórico colectivo y superpuesto al hombre individual, olvidando que precisamente eso era lo que los ilustrados veían como amenaza para la libertad: los totalitarismos son mucho más nocivos para la libertad que todas las leyes naturales con la fuerza indefectible de su necesidad.