Hola, Goriot
Dices, Goriot: “Conjugados con la imposibilidad real de actuar por sí mismos, de manera que sean ellos los que impongan sus propias condiciones sobre su propia muerte, o la de obtener ayuda de terceros, es en estos casos cuando la salud pública de un país debería ofrecer una forma de hacerlo tal que garantice unas condiciones mínimas de dignidad.”
Pero es que precisamente es eso lo que tienes que justificar y no darlo por sentado. Es que no vale únicamente con decir o con afirmar que en esas situaciones es cuando la sanidad pública debería de ofrecer una forma de hacerlo, sino que lo que deberías de hacer es darnos las razones, más allá de sentimientos, del porqué la sanidad pública debería de hacerlo. Y es esto último lo que no termino de “escuchar”.
Dices, Goriot: “Lo que se está pidiendo es que no se prioricen los interminables debates morales de aquellos que no se han acercado en su vida a una situación mínimamente similar, y queden así por encima de la necesidad de proporcionar bienestar en situaciones muy concretas frente a la muerte, o la vida agónica.”
Verás, es que precisamente, y no los que se han acercado a una situación similar, sino los que trabajan en situaciones similares(especialistas clínicos) son los que nos dicen que cuando una persona dice que quiere morir en realidad lo que nos está diciendo es que no desean vivir así. Es que lo que no termino de entender es por qué consideras que todo el mundo que haya pasado por una situación similar tiene que estar a favor de la eutanasia activa. Según Diego Gracia, y tú podrás aportar a tus autores, hoy en bioética la eutanasia activa, y con los cuidados paliativos, ya ha dejado de ser un “interminable debate”.
Dices, Goriot: “Va, hacemos un trato, yo trato de no simplificar tu opinión y perspectiva y tú tampoco lo haces con la mía. Así igual avanzamos en el debate.”
Bien, vale, de acuerdo. Pero es que como llevaba diciendo, y desde el principio, tanto por activa, por pasiva como por perifrástica, que defiendo una ética de la responsabilidad, es decir, aquella en la que hay que tener en cuenta tanto las circunstancias como las consecuencias, y tú seguías insistiendo en que mi postura era “matemática” pues………….
Dices, Goriot: “Pero parto precisamente de la experiencia, propia, de casos reales y empíricamente demostrables, en los que se hace evidente que la eutanasia habría sido, sin lugar a dudas, una situación netamente positiva en comparación a como sucedió en realidad. En estos casos, cuando te encuentras a alguien cara a cara en situaciones así, los debates morales pierden gran parte de su sustancia. Cualquier cosa lo hace cuando se comparan con la vida misma, tal y como sucede. Es un problema que veo a tu discurso, elías, y corrígeme si me equivoco, por favor, pero el problema de tu experiencia es que parece basarse en la experiencia que otros han tenido. Evidentemente es una parte de la experiencia que hay que poseer, pero cuando uno lo vive en sus carnes es inevitable dudar, e incluso se podría asegurar que compensaría el hecho de aliviarle el dolor y la agonía a una persona en estos casos, aunque sea en perjuicio de unos cuantos errores en su legislación. Ese desfase perceptivo es lo que deben solucionar los expertos, porque es imprescindible.”
En primer lugar decirte, y te lo digo de corazón, que no me ha molestado lo que me has dicho. Pero ya que me has pedido que te corrija si te has equivocado entonces debo de corregirte en grado sumo. Verás, soy una persona bastante celosa de mi intimidad. Así que poco voy a contarte salvo decirte que desgraciadamente, y muy desgraciadamente en este último año y medio, he vivido varías situaciones, más que cercanas, en el tema que nos ocupa. Así que por favor, créeme, yo también sé de qué estoy hablando. Yo también sé lo que es tener que limpiar vómitos como también sé, al menos en mi caso, lo que es tener que pedir a los médicos que por favor “enchufaran” de una vez ya la morfina pese a conocer muy bien el principio de doble efecto ( principio por el cual algunos consideran que la eutanasia activa es idéntica o muy similar a la pasiva)
Dices, Goriot: "Bueno, si hay algo con lo que no trago es con el victimismo enajenado, tan común en nuestro tiempo. Si hay algún bioético que se sienta aludido y crea que le estoy catalogando como archienemigo de la dignidad humana, pues su problema entonces, más que el hecho de estar evidentemente equivocado, es la de ser bastante imbécil, si se me permite el lenguaje.Vamos a aclararlo. No soy de los que opinan que por no estar ayudando al africano muerto de hambre se es un asesino, un cínico e inmoral. Así que por favor, no me manipules o retuerzas el discurso, aquí nadie está diciendo que quien esté en contra moral y volutivamente con respecto a mi moral o voluntad está pecando de ser un inmoral. Así que no, no estoy dando a entender nada de lo que dices, lo estás dando a entender tú.¿Crees que no sé, perfectamente, que tú, aun no defendiendo la eutanasia activa, defiendes la dignidad humana? Inferir lo contrario de mi discurso es ridículo, y victimista."
Pues entonces, Goriot, te pido disculpas. Pero creo que entonces deberías de aclarar qué significa la frase: “Pero yo no discuto las formas o los límites, eso para los entendidos, lo que yo discuto es que la necesidad de la legalización de la eutanasia en un país garante de la dignidad de sus ciudadanos es incontestable.”
Verás, yo no sé como la interpretas tú, pero es que parece que lo que se está diciendo en esa frase es que un país garante de la dignidad de los ciudadanos tiene que legislar indefectiblemente a favor de la eutanasia activa. Lo cual da pie a pensar, y eso al menos lo podrás admitir, que cabría deducir de todo ello es que aquellos países que no introduzcan en su legislación la eutanasia activa no son garantes de la dignidad de sus ciudadanos.
Dices, Goriot: “Y no, no estoy de acuerdo con tu análisis del proceso. Lo primero y principal es experimentarlo personalmente, para así luego poder contrastar la realidad vivida y experimentada con lo teórico y fundamentalmente abstraído. Porque parto desde el punto en el que toda moralidad es una prolongación en el espacio y el tiempo de una realidad muy concreta (el paso del es al debe ser), de manera que toda legislación moral posee una merma incontestable de la realidad que representa. Uno no puede legislar moralmente sin estar pagando el precio de moldear indirectamente la realidad que, al finy al cabo, está prediciendo. El conocimiento teórico es imprescindible, pero no más importante que la experiencia propia y lo empíricamente demostrable.”
Yo, aunque no en este hilo, pero sí en otros, ya he hecho referencia a esta cuestión. Y creo que la idea que posees de cómo considero yo el análisis de la cuestión es erróneo.
He dicho en otras ocasiones que el análisis en las cuestiones éticas es la siguiente. En primer lugar hay que partir indefectiblemente de los hechos ( en este caso los hechos clínicos), en segundo lugar hay que constatar los valores implicados en dichos hechos y en tercer lugar los deberes, es decir, los diferentes cursos de acción posibles ( y entre ellos, la búsqueda del óptimo). O dicho de otra forma, y en caso que nos ocupa, hay que partir siempre de los hechos.
Verás, ahora voy a ser yo, y espero que no te lo tomes a mal, porque no es ese el fin que persigo, el que voy a hacerte la siguiente consideración en forma de pregunta. ¿Me podrías decir cuál es tu autor o autores de referencia en relación a cuestiones bioéticas? ¿Qué tipo de ética defiendes?
En definitiva ¿qué es lo que te quiero decir? Si bien es verdad que hay que partir de la experiencia, y ya te he dicho que estoy totalmente a favor, también hay que tener conocimientos teóricos sobre bioética. Y ahora voy a ser yo, e insisto, pero no como una acto de venganza ni nada de eso, sino porque así lo pienso, el que considero que el problema de tu discurso es que así como desgraciadamente posees la experiencia personal me da que no posees conocimientos en bioética. Y ahora soy yo el que te pido, y sin ironía alguna, que me corrijas si me equivoco.
Verás, la experiencia es una condición necesaria pero no suficiente. Y si tan error es formular teorías, sin base en la experiencia, el mismo error me parece el formular teorías con carácter general, únicamente basadas en la experiencia personal, al margen de los conocimientos teóricos sobre la cuestión que se pretende legislar.
Dices, Goriot: “La dignidad de la vida humana es un privilegio que poseemos en el primer mundo, y un estado de derecho como el nuestro debe legislar para que tal privilegio se mantenga inalterado.”
Verás, Goriot, el problema es que el concepto de dignidad es, y si se quiere, un concepto formal, pero no material. La cuestión es, y desde el punto de vista material, qué ha de entenderse por dignidad. Unos dicen que por autonomía personal o por dignidad debe de permitirse el aborto, otros dicen que por dignidad, pero en este caso, de “aquello” de lo cual se aborta, debe de prohibirse el aborto, otros dicen que por dignidad debe de permitirse la eutanasia activa mientras que otros consideran que por dignidad no debe de tolerarse. Francamente, no creo que apelar a un concepto formal, en este caso el de la dignidad, sea solución de nada porque cada uno posee su concepto material de dignidad. Eso es lo que tiene el pluralismo axiológico.
Un saludo